Autolesiones en Adolescentes: Guía para Entender y Brindar Apoyo

¿Mi hijo se corta?

La etapa de la adolescencia trae consigo numerosos cambios y retos, lo que puede provocar emociones difíciles de manejar. Las autolesiones en adolescentes, como el cutting, se han vuelto un fenómeno creciente. Hoy en día es fundamental comprender las causas y las señales de advertencia para brindar apoyo y herramientas adecuadas a nuestros Adolescentes y Jóvenes. 

¿Qué es el cutting y la autolesión?

El cutting es una forma de autolesión no suicida que implica hacer cortes o rasguños en la piel con objetos afilados, como cuchillas, tijeras o vidrio. La autolesión también puede incluir quemaduras, golpes, morderse y otras formas de daño autoinfligido. 

Aunque el objetivo principal no es el suicidio, la autolesión puede aumentar el riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas a largo plazo.

La Autolesión es un tema delicado y preocupante que requiere nuestra atención, especialmente cuando se trata de adolescentes.

Según un estudio publicado en la revista mexicana de Psicología Clínica y de la Salud en 2018, se estima que entre el 14% y el 21% de los adolescentes mexicanos han realizado al menos un acto de autolesión a lo largo de su vida. Las autolesiones tienden a comenzar durante la adolescencia temprana y, en muchos casos, se mantienen en secreto, por lo que los padres y los profesionales de la salud pueden no estar conscientes de su ocurrencia.

Causas de las Autolesiones en Adolescentes

Las autolesiones en adolescentes pueden ser provocadas por varias razones, algunas de las cuales incluyen:

  1. Dificultades emocionales: Los adolescentes pueden recurrir a las autolesiones como una forma de enfrentar emociones intensas, como tristeza, enojo, frustración o ansiedad.
  2. Problemas de comunicación: Algunos jóvenes pueden sentirse incapaces de expresar sus emociones o ser comprendidos por otros, y las autolesiones pueden ser una forma de manifestar su dolor emocional.
  3. Control y autonomía: La adolescencia es una etapa donde los jóvenes buscan establecer su independencia y control. Las autolesiones pueden brindarles una sensación de control sobre su cuerpo y dolor.
  4. Trauma: Los adolescentes que han vivido traumas, como abuso, violencia o pérdida, pueden recurrir a las autolesiones para enfrentar el dolor asociado a dichos eventos.
  5. Contagio Social.

El fenómeno del contagio social en las autolesiones

El contagio social se refiere a la tendencia de los comportamientos, actitudes y emociones a propagarse a través de grupos, casi como un ‘resfriado social’.

Desafortunadamente, las autolesiones no son inmunes a este fenómeno. En la adolescencia, una etapa de vida donde la aceptación y la pertenencia al grupo son de suma importancia, los comportamientos de autolesión pueden ‘contagiarse’ en círculos sociales, especialmente cuando se comparten experiencias de autolesión o en los canales y perfiles de personas de redes sociales como Instagram o TikTok, donde se comparten experiencias, muchas veces insalubres de cómo hacer (o como se hizo) frente al dolor emocional mediante el cutting o algún tipo de autolesión. 

Dicho compartimiento de experiencia puede servir de “modelado” de la conducta.

Por lo anterior, este fenómeno es particularmente preocupante dado que normaliza y desestigmatiza el comportamiento de autolesión entre los adolescentes.

Es crucial que los padres, educadores y profesionales de la salud estén conscientes de este fenómeno para poder abordarlo y prevenirlo. Promover la comunicación abierta y segura, fomentar la resiliencia emocional y establecer límites saludables en el uso de las redes sociales son algunas de las formas en que podemos combatir el contagio social de las autolesiones entre los adolescentes.

Señales de Advertencia y Cómo Brindar Apoyo

Para brindar apoyo adecuado a adolescentes que se autolesionan, es esencial estar atento a las señales de advertencia. Algunas de estas señales incluyen:

  1. Cortes, rasguños, quemaduras u otras lesiones inexplicables en la piel.
  2. Uso de ropa inapropiada para el clima, como mangas largas en verano, para ocultar lesiones.
  3. Aislamiento social y cambios en el comportamiento.
  4. Baja autoestima y autocrítica excesiva.
  5. Cambios en los hábitos diarios (patrones de sueño, alimentación y el desempeño escolar)

Si sospechas que un adolescente está practicando autolesiones, es importante abordar el tema con sensibilidad y empatía. Ofrece un espacio seguro y libre de juicios para que el joven comparta sus sentimientos y preocupaciones. Escucha activamente y valida sus emociones, y busca con urgencia el apoyo de un profesional de salud mental especializado en autolesiones en adolescentes.

Evita preguntas del tipo “¿Por qué lo haces?” ya que en esencia la autolesión es una forma de afrontar el malestar que en muchas ocasiones no se ha podido externar mediante las palabras.”

La empatía, la comprensión y el apoyo son cruciales en estos momentos que descubres que tu hijo se corta (o usa otra forma de autolesión). No acuses ni juzgues a tu hijo, en su lugar, manifiesta tu preocupación y tu deseo de ayudar. 

Apoyando a un hijo Adolescente con Autolesiones

Es entendible que  recibir la noticia de que su hijo se autolesiona puede ser impactante, confuso y preocupante. 

Como psicólogos especializados en el trabajo con adolescentes, nos gustaría ofrecerles algunas pautas para enfrentar esta situación y apoyar a su hijo de la mejor manera posible.

  1. Infórmense lo más posible: La comprensión es la base del apoyo. Infórmate sobre las autolesiones y los problemas de salud mental asociados a ellas. Entender que la autolesión es un mecanismo de afrontamiento, aunque poco saludable, te ayudará a acercarte a tu hijo desde una perspectiva empática.

  2. Mantengan la calma y eviten el pánico: Es normal sentirse abrumado al enterarse de que su hijo se autolesiona. Sin embargo, es fundamental mantener la calma y evitar el pánico para poder abordar el tema de manera efectiva y constructiva.
  3. Escuchen a su hijo con empatía: Hable con su hijo sobre su autolesión de una manera abierta, comprensiva y no confrontativa. Dejen que su hijo se sienta escuchado y comprendido. Asegúrense de no juzgar ni criticar sus acciones, ya que esto puede empeorar la situación.

  4. Comuniquen su amor y apoyo: Expresen a su hijo cuánto lo aman y lo importante que es para ustedes. Háganle saber que están dispuestos a apoyarlo en todo momento y que trabajarán juntos para superar este difícil periodo.

  5. Fomenten el diálogo sobre sus emociones: Animen a su hijo a hablar sobre sus sentimientos y emociones. Traten de entender qué situaciones o problemas pueden estar desencadenando las autolesiones, y juntos busquen posibles soluciones o alternativas para enfrentar estos desafíos.

  6. Busquen apoyo profesional: Si bien su apoyo como padres es esencial, también es importante buscar la ayuda de un profesional en salud mental que esté capacitado para tratar las autolesiones en adolescentes. Un psicólogo o terapeuta puede trabajar con su hijo para desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y abordar las causas subyacentes de la autolesión.

  7. Fomenten actividades positivas y el autocuidado: Estimulen a su hijo a participar en actividades que le ayuden a liberar tensiones, como el ejercicio físico, el arte o la música. También es importante enseñarles sobre el autocuidado y animarles a llevar un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación balanceada, un sueño adecuado y el manejo del estrés.

  8. Establezcan límites y supervisión adecuada: Si bien es crucial brindar apoyo emocional, también es necesario establecer límites y mantener cierto grado de supervisión para asegurar la seguridad de su hijo. Estén atentos a posibles señales de alerta y estén disponibles para intervenir si es necesario.

  9. Proporcionen un ambiente seguro: Esto puede incluir la eliminación de objetos que su hijo podría usar para autolesionarse pero también implica fomentar un ambiente emocionalmente seguro, donde se sienta libre de expresar sus emociones sin temor a la crítica o al rechazo.

Recuerden que enfrentar la autolesión en un adolescente es un proceso que requiere tiempo, paciencia y apoyo constante. 

Con la ayuda adecuada y la comprensión de ustedes como padres, su hijo tiene la oportunidad de superar este difícil desafío y encontrar formas más saludables de manejar sus emociones y enfrentar los retos de la vida.

Consecuencias de las autolesiones en adolescentes: Impacto físico y psicológico

Las autolesiones en adolescentes no son algo que se pueda tomar a la ligera. Aparte del dolor físico inmediato y el riesgo de infecciones o daños más graves, hay una serie de consecuencias psicológicas y a largo plazo que debemos considerar.

Consecuencias físicas:
Las autolesiones pueden variar en gravedad, desde rasguños superficiales hasta heridas profundas o quemaduras. Estos pueden llevar a cicatrices permanentes, infecciones, y en casos extremos, pueden ser potencialmente mortales. Además, si un adolescente utiliza objetos no esterilizados para autolesionarse, corre el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por la sangre.

Consecuencias psicológicas:
Las autolesiones suelen ser un intento de manejar el dolor emocional, pero a menudo resultan en un ciclo perjudicial donde el alivio es seguido por sentimientos de vergüenza y culpa. Estos comportamientos pueden reforzar la idea negativa que los adolescentes tienen de sí mismos, aumentar los sentimientos de soledad y conducir a un aislamiento social más profundo.

Consecuencias a largo plazo:
El acto de autolesionarse puede convertirse en un hábito difícil de romper y puede continuar hasta la edad adulta si no se recibe ayuda. Además, aunque las autolesiones y el suicidio no son lo mismo, las personas que se autolesionan corren un mayor riesgo de tener pensamientos suicidas en el futuro. La presencia de cicatrices puede afectar la imagen corporal y la autoestima a largo plazo, y puede ser un recordatorio visible del dolor pasado.

Mitos y Malentendidos en torno a las Autolesiones

Existen muchos mitos y malentendidos en torno a las autolesiones que pueden dificultar el reconocimiento y la ayuda oportuna. Desmitificarlos es un paso esencial para un mejor entendimiento. Aquí te presentamos algunos de los más comunes:

Mito 1: “Las autolesiones son un intento de llamar la atención”. En realidad, la mayoría de los adolescentes que se autolesionan lo hacen en secreto y se sienten avergonzados de su comportamiento. Es una forma de lidiar con emociones intensas o difíciles, no una estrategia para atraer la atención.

Mito 2: “Solo las niñas se autolesionan”. Aunque algunos estudios indican que las autolesiones pueden ser más comunes en las niñas, esto no significa que los niños estén exentos. Los adolescentes de cualquier género pueden recurrir a las autolesiones como una forma de manejar el dolor emocional.

Mito 3: “Quien se autolesiona quiere suicidarse”. Es vital entender que las autolesiones y el suicidio no son lo mismo. Si bien ambas acciones implican un daño autoinfligido, la autolesión se realiza como una forma de manejar el dolor emocional, no para acabar con la vida. Sin embargo, es importante señalar que las personas que se autolesionan tienen un riesgo más alto de pensamientos suicidas, por lo que es crucial buscar ayuda profesional.

Mito 4: “Lo hace porque es débil”. En realidad es justo lo contrario, actualmente en un mundo donde los padres están ocupados todo el tiempo, los modelos de regulación emocional son escasos, además es común que la autolesión sea el resultado de que un adolescente aprendió a que tiene que resolver las cosas “por el mismo”, ya sea porque no hay nadie cercano (emocionalmente) o porque se le ha instruido que “él mismo tiene que poder”.

Mito 5: “Si yo solo salí adelante cuando era chico, tú también tienes que poder”. La realidad social ha cambiado mucho entre las generaciones. Si bien los niños de “antes” sufrían más carencias, maltratos físicos y psicológicos, al mismo tiempo contaban con una extensa red de apoyo: Salían a jugar físicamente con otros niños, desarrollaban recursos a través del juego creativo y libre además que tenían vínculos profundos con al menos uno de sus padres, hermanos o amistades.

También era común que uno de los padres se encargaba de la crianza casi exclusivamente, ahora por lo regular los pequeños crecen al cuidado de profesionales o de instituciones que si bien dan educación, al mismo tiempo  generan vínculos emocionales temporales y frágiles.
El mundo de los adolescentes de ahora es muy distinto del que vivimos los adultos, por lo que sus dificultades también son muy distintas, evitemos compararnos.

Para concluir

Las autolesiones en adolescentes son problemas serios que requieren atención y comprensión. 

Mantenerse informado y brindar apoyo emocional puede marcar la diferencia en la vida de un adolescente que lucha contra esta conducta. 

Con la ayuda adecuada, es posible superar las autolesiones y encontrar formas saludables de enfrentar las emociones y retos de la vida.